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Seguramente conoces la expresión: “Está lloviendo a cántaros”. Pero quizá una frase más apropiada sería: “Están lloviendo hamburguesas y auriculares”. Las ilustraciones de libros para niños y algunas caricaturas del canal del clima representan la forma de las gotas de lluvia como si fueran lágrimas, pero, en realidad, vienen de distintas formas.
Las gotas más pequeñas tienen una forma esférica, como una cuenta. Al ganar humedad, crecen y se hacen esferas más grandes. Al final, el peso le gana a la forma esférica, y las gotas comienzan a curvarse como un pan de hamburguesa con demasiado relleno. Entonces, las gotas empiezan a separarse, pero mantienen un hilo largo de agua que conecta las dos gotas: parecen auriculares cayendo del cielo. Cuando las gotas se separan por completo, comienzan de nuevo el proceso de formación.
Nunca hubiera imaginado que las gotas de lluvia tenían tantas formas creativas; y eso que miré bastantes a través de la ventana en días lluviosos. Siempre supuse que realmente se veían como lágrimas… como en la televisión.
A veces la vida parece darnos solamente lágrimas. Las discusiones familiares nos dejan sin energía, y nuestros amigos nos critican tanto que nos queremos mudar a la Antártida. Pero solemos juzgar nuestras circunstancias demasiado rápido. Lo que parecería ser una vida llena de lágrimas nos puede ofrecer oportunidades con las que nunca soñamos. En Hebreos 12:11, Pablo explicó que aunque algo parezca doloroso al comienzo, puede traer mucho bien a la vida. Incluso cuando las lágrimas parecen caer del cielo, Dios puede mostrarnos su verdadera forma y cómo las usará para hacernos crecer.