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Los salones de videojuegos ofrecen tickets a los niños para que los intercambien por premios como pulseras luminosas, juguetitos o golosinas. Los pequeños más competitivos pueden ganar suficientes tickets para poder conseguir una pelota saltarina. Hay un juguete que está disponible en casi todo salón de juegos: el resorte.
Los resortes entretienen bastante… durante un rato. Pueden bajar solos por las escaleras como ningún otro juguete que yo haya visto. Pero los resortes son divertidos siempre y cuando no se enreden. Un enredo en un resorte se vuelve más y más severo hasta que se vuelve imposible de resolver.
En el libro de Génesis, Jacob descubrió que las relaciones son bastante similares a los resortes. Pueden ser muy divertidas… hasta que se empiezan a complicarse. El pobre Jacob se enamoró de Raquel, la hija de Labán, pero terminó “accidentalmente” casado con su hermana Lea. Entonces, decidió que prefería tener dos esposas antes que vivir sin Raquel. Por supuesto, Raquel y Lea no se llevaron bien compartiendo al mismo esposo, y Raquel causó un montón de problemas al robar los ídolos de su padre y mentirle a su esposo. El libro de Proverbios dice: “Mejor es vivir en un rincón del terrado que con mujer rencillosa en casa espaciosa” (Prov. 21:9). ¡Jacob tuvo que vivir con dos de ellas! Si tan solo hubiera elegido amar a Lea cuando se casaron, podría haberse evitado un enredo tremendo. Desafortunadamente, cuando las relaciones se complican, a menudo se descontrolan.
Las relaciones pueden ofrecer compañía y diversión, pero como los resortes, pueden llegar a ser un caos. Si estás de novio o de novia con alguien que llena tu vida de drama, te conviene evaluar por qué estás en esa relación. Los pequeños enredos hoy solo llevarán a más caos en el futuro. No caigas en la misma trampa que Jacob. Evita las parejas rencillosas que disfrutan de las confrontaciones y disfruta de una vida sin dramas, que está al alcance de tu mano.