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En un mundo en el que los crímenes y los desastres llenan las portadas de los periódicos, no es sorprendente que muchos vayan primero a la sección de los cómics, y dejen para el final lo más triste. La sección de cómics no solo presenta un material más liviano, sino que también tiene líneas mucho más abreviadas, con solo unas pocas palabras por tira. Podemos seguir esas tramas y bromas cortas porque no nos perdemos en una colección de frases monótonas. Los escritores de tiras cómicas tienen poco espacio para transmitir sus ideas; así que deben encontrar las palabras perfectas, pues no pueden darse el lujo de desperdiciar ni una.
Cuando acudimos a Dios, debemos ser cuidadosos con las promesas que hacemos. El capítulo 5 de Hechos cuenta la historia de Ananías y Safira, una pareja que, sin antes pensarlo mucho, pactó vender su tierra y dar toda la ganancia a Dios. Luego se arrepintieron de esa decisión y guardaron para sí una parte de la ganancia. Por supuesto, Dios lo ve todo, y la pareja no vivió para disfrutar del dinero extra que habían prometido donar. Dios es un Dios santo y todopoderoso; y ellos habían pronunciado palabras que no tenían la intención de cumplir.
Cuando hablamos con Dios, debemos pensar más como un escritor de tiras cómicas y decir solamente lo que realmente queremos decir. No podemos engañar a Dios ni impresionarlo. ¿Por qué no orar, entonces, usando palabras honestas, que realmente expresen nuestros deseos más verdaderos? Dios honrará una oración honesta. Hablemos con él hoy con sinceridad y reverencia.