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Mi alumna Nina puede sacar la basura a la calle y volver bronceada. Su piel se transforma milagrosamente a un color bronceado cada verano, y nunca se quema. Por eso, Nina siempre vio la enorme planta de sábila (áloe; que normalmente se usa para aliviar quemaduras de sol y problemas en la piel) de su madre con malos ojos. Pero todo cambió cuando descubrió otro uso de la planta suculenta: una fórmula antipiojos.
Algunas personas dicen que la sábila es la planta que cura todo. Como gel, refresca las quemaduras severas. Mezclada con mayonesa y coco, elimina liendres. Aplicada sobre el rostro, reduce el acné descontrolado. Como líquido a beber, tranquiliza los intestinos contrariados. ¡La sábila tiene un propósito para cada persona!
Pablo actuó como la sábila a lo largo de su ministerio. Sabía que distintas personas tenían distintas necesidades, y se esforzó por encontrar a las personas donde estaban. Dijo: “Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley… para ganar a los que están sin ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos” (1 Cor. 9:19-22).
A veces nos sentimos cómodos con un método de testificación y olvidamos que Dios tiene más en mente para nosotros. Nos limitamos a solo ayudar en la Escuela Sabática de Cuna o a solo dirigir el servicio de cantos o a solo escribir pensamientos devocionales… ¡y cada una de ellas es una gran oportunidad! Pero debemos permanecer abiertos a compartir el amor de Dios de muchas formas diferentes. Pablo encontró puntos en común con judíos, gentiles y personas en todos los ámbitos de la vida; y nosotros podemos hacer lo mismo. Como la sábila, podemos estirarnos y suplir las distintas necesidades de las personas. Podríamos comenzar a ofrecernos como voluntarios en un comedor comunitario. Podríamos comenzar un estudio bíblico en el colegio. Podríamos cantar en asilos de ancianos. Podríamos hacer las tres cosas. ¡Y más! Intenta descubrir una forma de alcanzar a más personas de tu comunidad hoy. Podrías llevarlos a la sanidad que necesitan.