Regresar

AGARRADERA PARA LÁPIZ

Play/Pause Stop
Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió (Hebreos 10:23).

Aprendí la mayoría de los conceptos matemáticos en un Honda CRV color plateado con mi mamá y una canastita. Generalmente, me sumergía en esas ecuaciones con una pizarra blanca y marcadores, pero a veces mi mamá cometía el error de darme un cuaderno y un lápiz. Me encantan los cuadernos y los lápices, pero puedo dejarme llevar un poco. A menudo comenzaba a escribir con demasiada prisa y, antes de mucho, el lápiz salía volando en dirección a mi mamá. Claramente, no habíamos invertido en un portalápiz. 

 

Los portalápices son unos accesorios de goma con forma cilíndrica que se deslizan por el lápiz y le dan a los estudiantes una superficie acanalada y blanda que no sale volando de las manos como un lápiz común. Con un portalápiz, los estudiantes no tienen que preocuparse por golpear accidentalmente a sus madres, compañeros o profesores con sus utensilios de escritura. Los lápices permanecen a salvo en sus manos. 

 

Los adventistas del séptimo día somos conocidos por nuestra esperanza en la segunda venida del Señor. Muchas iglesias cantan “La esperanza de mi corazón” cada sábado. Pero a veces, cuando experimentamos dolor y momentos duros, perdemos un poco de esa esperanza. A veces parece que esos momentos oscuros de la vida nunca pasarán. Entonces, tenemos que aferrarnos a las promesas de Dios como nunca antes. Pablo escribió: “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió” (Heb. 10:23). Dios es fiel. Él cumplirá sus promesas. Podemos aferrarnos a esa esperanza y no soltarla nunca.

Matutina para Android