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Si en lugar de combustible tuviéramos que llenar el tanque de nuestro coche con líquido corrector, pagaríamos unos 275 dólares por galón (75 dólares por litro).
Una vez escuché a un pastor, predicar sobre esto. Su sermón nos animaba a los oyentes a ser agradecidos por nuestras circunstancias actuales, pero yo me quedé con una lección diferente: ¡corregir errores tiene un costo increíblemente alto!
Romanos 6:23 dice: “La paga del pecado es muerte”. Cualquier pecado, ya sea el asesinato, el chisme o el robo, tiene un precio. Alguien tiene que morir. Dios puede limpiarnos de nuestros pecados y dejarnos blancos como la nieve (Isa. 1:18), pero los pecados no desaparecen. Cada pecado suma al dolor que Jesús sintió en la cruz, tanto si pedimos perdón como si no lo hacemos.
Cuando usamos líquido corrector para borrar un error, desaparece y ya no lo podemos ver. Pero alguien tuvo que pagar por el líquido corrector. No se crea mágicamente. Así, debemos recordar siempre el sacrificio que hizo Jesús cuando pagó por nuestros pecados en la cruz. Nuestro perdón y nuestra salvación no fueron baratos, y debemos vivir con alabanza, aceptación y gratitud por este regalo incalculable.