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El tatuaje del exnovio de mi excompañera. Eso puede sonar como la letra de una canción moderna, pero es una anécdota real. Una de mis compañeras de cuarto preferidas en la universidad estuvo de novia con un escupe fuego que tenía un tatuaje. Aunque en términos generales, el hecho de que fuera un artista escupe fuego (o respirador de fuego) me llamaría más la atención que el tatuaje que tenía, este tatuaje en particular presentaba una frase de Elena G. de White en letras grandes sobre su abdomen. Como la señora White no fomentaba exactamente los tatuajes en sus escritos, pensé que era una elección extraña. Probablemente, él hubiera pensado lo mismo, si hubiera sabido que la frase era de ella. Hasta el día de hoy creo que nadie nunca se lo dijo. Por allí, en algún lado, hay un escupe fuego caminando, que ignora por completo que tiene en el abdomen las palabras de una de las fundadoras de la Iglesia Adventista.
Cada uno de nosotros obtendrá un tatuaje hacia el fin del tiempo. Este tatuaje no será una cita ni la palabra “madre” en una tipografía florida; pero sabremos exactamente de dónde vino: será de Dios o del enemigo. El tatuaje del enemigo recibe mucha atención en la iglesia. ¿Alguna vez has escuchado de la marca de la bestia? Pero Dios también tiene una marca especial. Juan escribió en Apocalipsis 14:1 que la iglesia remanente tendrá “el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente”.
Aunque no tendremos tatuajes literales en el rostro, Dios grabará su nombre en nuestra mente, y constantemente pensaremos y actuaremos como él. No necesitamos preguntarnos de dónde viene esta marca; estaremos orgullosos de tener la presencia de Dios en nuestra vida. ¿Puede la gente ver la marca de Dios en tu vida hoy? Pídele que escriba su nombre en tu frente; ¡ese es un tatuaje del que nunca te arrepentirás!