UNA MADEJA DE LANA

La verás en suéteres, en guantes, en gorros y en mantas. Ya sea que puedas tejer o no, verás lana en todas partes en otoño. Pero la lana puede ser útil para más de lo que algunos piensan. 

Busca una colcha. Mira sobre tu cama o en el armario; o busca una imagen en Internet si no tienes una a mano. Algunas colchas tienen puntadas sobre la tela. Otras tienen nudos por todas partes. Las puntadas y los nudos tienen el mismo propósito: sostener las capas de la colcha unidas. De lo contrario, el relleno formaría una pelota y convertiría la colcha es una almohada con una funda extra grande. La mayoría de las bordadoras hacen los nudos con hilos de bordado. Estos hilos sostienen la tela y no se deshilachan; crean la mejor estética. Pero la lana funciona mejor. No se desliza ni se desata. La lana mantiene la colcha como debe ser por muchos años. 

Mi bisabuela hizo colchas de tela vaquera (tela de jean) para todos sus nietos antes de fallecer. En lugar de usar los hilos bordados, lindos y delicados, anudó las colchas con lana gruesa. Todavía tengo mi colcha de tela vaquera en mi departamento. La lana sobresale torpemente, se enreda y se deshilacha un montón, pero mantiene la colcha perfectamente unida. ¿Por qué tantas bordadoras todavía atan las colchas con hilo de bordado? Porque se ve bien. Valoran más la belleza que la practicidad; así como el muchacho que se compra un carro deportivo aunque consuma muchísimo combustible, o la chica que usa zapatos que le hacen doler los pies. 

Cuando hablamos de la vida espiritual, no podemos valorar la apariencia más que el propósito. Jesús contó una historia para explicar esto. Describió a dos constructores. Uno construyó su casa sobre la arena, y el otro sobre la roca. La casa en la playa probablemente tenía una vista hermosa, pero cuando llegó la tormenta, la casa sobre la arena cayó. Solo la casa sobre la roca quedó en pie (Mat. 7:24-27). 

Jesús dijo que el constructor de la casa en la arena representa a las personas que escuchan sus palabras, pero no actúan en consecuencia. Eligen la vida más fácil y más atractiva. Pero lo fácil y atractivo no suele terminar bien. Jesús dijo: “Entren por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ella” (Mat. 7:13). El mundo tiene muchas “casas de playa” que se ven atractivas al comienzo, pero solo el camino de Dios puede sostenernos con firmeza, aún mejor que la lana en una colcha.