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Un día, hace varios años, estaba sentaba en el sillón de mis padres, mirando videos caseros de cuando yo era pequeña. Vi a la bebé Michelle intentando gatear. Vi a mi león de peluche preferido. Pero entonces vi una escena que no reconocí. Tres personas con las cabezas cubiertas con pantimedias estaban de pie frente a la cámara de video.
–Hola –dijo uno de los individuos disfrazados.
–¡Hola a todos! –dijo otro.
Luego de escuchar con atención las voces, me di cuenta de que eran mi tía Kerry y mis primos Sarah y Joshua. Aparentemente, se habían puesto medias de nailon en la cabeza y habían grabado una película en su sala de estar. Puede que nunca sepa cómo esa grabación terminó entre nuestros videos caseros. Afortunadamente, nunca tuve pesadillas por causa de este video sorpresivo.
La tía Kerry no fue la primera en probar este truco de las medias de nailon. Ladrones y personas armadas siempre usan algo en la cabeza para que las cámaras de seguridad no los identifiquen. Pero no importa cuánto se disfrace el rostro una persona, no pueden esconder sus acciones de Dios. Dios ve todo lo que hacemos.
Esto no puede sonar muy alentador al comienzo, pero realmente es una buena noticia. Piénsalo. No tenemos que preocuparnos de lo que pensará Dios si le confesamos nuestros errores; él ya lo sabe, y sabe cómo ayudarnos. Si has intentado esconderte de Dios, quítate la pantimedia de la cabeza. Dios lo sabe todo, y puedes confiarle tu verdadero yo.