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Dustin, un hombre que en muchos otros aspectos es normal y equilibrado, lleva un cuchillo de bota consigo cada vez que usa botas de vaquero. Generalmente, usa zapatillas como toda persona normal, pero cada vez que se siente más aventurero, se pone las botas y la navaja. Afortunadamente, Dustin no lleva un cuchillo de carnicero o un machete en la bota; simplemente tiene una navaja adicional allí…
además de la navaja que lleva siempre en el bolsillo de sus jeans. Pero si alguna vez Dustin necesita cortar algo con las dos manos y tiene puestas las botas de vaquero, está preparado.
En realidad, las navajas tienen más propósitos de lo que suelo darme cuenta. Luego de bromear sobre las navajas de Dustin, me he encontrado pidiéndole tímidamente que me abra un paquete o me corte una soga. También usa las navajas para cortar flores, rebanar manzanas y sacarle punta a sus lápices para la clase de teoría. Su navaja lo ayuda de muchas formas distintas. Si Dustin alguna vez encuentra una navaja suiza, ¡dudo de que se despegue de ella!
Así como las navajas cumplen varios propósitos, la Biblia tiene más de un papel en nuestra vida. En 2 Timoteo 3:16 leemos que podemos usar la Biblia “para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”. En otras palabras, debemos encontrar nuestras creencias en las Escrituras, pero también permitir que la Biblia nos corrija cuando hacemos algo malo y que nos muestre el camino para tener una vida piadosa. Podemos usarla para guiar a otros con amor y para enseñarles del amor de Dios. La Biblia tiene historias en Génesis y mandamientos en Éxodo. Tiene las buenas nuevas de los Evangelios y las cartas de Pablo. La Biblia tiene tanto contenido y tantos propósitos que podríamos llevarla con nosotros a todas partes y nunca dejar de encontrarle usos. Un libro tan útil debería estar en nuestro bolsillo siempre… o en nuestra bota, si nos sentimos aventureros.