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Mi hermana Michelle no suele comunicarse muy seguido conmigo ni con mis padres. No manda muchos mensajes, y casi nunca llama. Incluso si intentamos contactarla, puede que tengamos que esperar varios días antes de que conteste… si es que lo hace. Suena como que Michelle no nos quiere mucho, pero en realidad es solo porque le cuesta mantener funcionando su teléfono. A menudo lo pierde cuando está de viaje. A veces lo deja caer accidentalmente y se rompe. Pero lo más común es que se olvide de empacar el cargador, o se olvide de enchufarlo.
Cuando Michelle se olvida de cargar el celular, la comunicación se vuelve complicada. No es porque ella quiera estar desconectada, sino porque la batería de su teléfono no está cargada. Así también, cuando nos olvidamos de recargar nuestra vida espiritual con el estudio de la Biblia, nos es más difícil comunicarnos con Dios. Pero cuando comenzamos cada día con su Palabra, la comunicación fluye más libremente porque comenzamos bien el día.
Dedica unos minutos hoy para recargar tu vida espiritual. Encuentra un texto bíblico que te guste, léelo un par de veces y pide a Dios que te hable por medio de su Palabra. Puede que te sorprendas de cuánto tiene Dios para decirte.