UN CEPILLO DE DIENTES

–Olivia, cuéntame, ¿cómo te cepillas los dientes? 

Miré a la dentista sin la menor idea de cómo contestar. 

–¿Con pasta dental y agua? –pregunté, vacilante. 

–Bien… Pero dime, Olivia, ¿te cepillas de arriba hacia abajo, y de atrás hacia adelante? 

–Creo que sí. 

–Bueno. Tus encías están comenzando a retraerse por tus hábitos de cepillado, y cuando se retraen, no hay vuelta atrás. Intenta cepillarte los dientes en pequeños círculos de ahora en adelante. Tienes que darle un respiro a tus encías. 

Tener las encías retraídas parecía una condición terrible, así que acordé intentar con los círculos pequeños y suaves. Mi dentista ahora dice que tengo una dentadura hermosa. 

Los cepillos de dientes tienen el poder para destruir la placa dental y quitar el sarro, pero si no trabajan con suavidad, también pueden retraer las encías, y esto es lo opuesto a lo que queremos. En cambio, tenemos que hacer un esfuerzo consciente para usar los cepillos de dientes en círculos suaves, a fin de proteger los dientes. 

Los cristianos, así como los cepillos de dientes, debemos comportarnos con gentileza para evitar alejar a otros. La Biblia dice: “Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos” (2 Tim. 2:24). A veces es fácil ser áspero, especialmente cuando intentamos ayudar; pero Dios quiere que actuemos con amabilidad, así como él es amable con nosotros. A lo largo del día, al sentir que comienzan discusiones y peleas, recuerda que Dios llamó a sus siervos a tener un espíritu amable y a hablar con bondad.