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Palissy, un modesto pintor de vidrios, se propuso descubrir el esmalte que adornaba los elegantes vasos italianos que tanto admiraba. Durante meses y años, se dedicó a experimentar de todas las formas posibles para descubrir los materiales que componían el esmalte. Primero construyó un horno, pero no sirvió; entonces construyó otro. Quemó grandes cantidades de leña, utilizó diversos productos químicos y utensilios de barro, y dedicó tanto tiempo y esfuerzo que finalmente quedó en la pobreza y se vio obligado a experimentar en un horno común por falta de dinero para comprar combustible.
Pero Palissy no se dejó vencer por el fracaso. Tenía claro lo que buscaba y volvió a empezar desde cero. Pronto llenó el horno con trescientas vasijas, de las cuales una salió hermosamente esmaltada.
Para perfeccionar su invención, construyó un horno de vidrio, transportando los ladrillos por sí mismo. Finalmente, llegó el momento de la prueba, pero a pesar de calentar el horno durante seis días, el esmalte no se derretía. Sin embargo, no se rindió. Pidió más dinero prestado, compró más vasijas para esmaltar, más leña y buscó mejores fundentes, pero no consiguió lo que esperaba. Se quedó sin leña y comenzó a arrancar madera del cerco y los muebles de la casa, pero aun así no pudo derretir el esmalte. Finalmente, desesperado, arrancó el armario de la pared, lo hizo pedazos y [o echó al horno. La gran explosión de calor finalmente derritió el esmalte y descubrió el gran secreto. Había triunfado gracias a su perseverancia. Como resultado, el rey de Francia lo nombró alfarero del palacio real.
La historia de Palissy destaca la importancia de la perseverancia, una virtud cristiana que nos ayuda a mantenernos fieles a Dios y a sus propósitos a pesar de las dificultades, los fracasos y las tentaciones. Nos permite confiar en que Dios tiene el control de todo y puede hacer posible lo que parece imposible.
¿Qué cosas te apasionan en la vida? ¿Qué sueños o metas tienes para tu futuro? ¿Cómo puedes aplicar la perseverancia para desarrollar todo tu potencial? No te desanimes ante las dificultades, si no míralas como oportunidades para crecer y glorificar a Dios. Jesús está contigo y si perseveras en hacer el bien, él te dará la vida eterna.