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SE DICE QUE LOS TESTS DE COEFICIENTE INTELECTUAL SON CAPACES de demostrar lo inteligente que es una persona. El test más famoso fue desarrollado en 1904 por el psicólogo francés Alfred Binet y su colaborador Theodore Simon. Ellos desarrollaron esta prueba a petición del gobierno francés para que fuera posible identificar a los niños que necesitaban apoyo escolar.
Actualmente, el concepto de utilizar tests de coeficiente intelectual es muy controvertido, sobre todo porque estas pruebas no tienen en cuenta una serie de factores, y no miden las diferentes formas de inteligencia, como la inteligencia emocional.
Otro aspecto que los tests de coeficiente intelectual son incapaces de medir es la sabiduría. Incluso las personas muy inteligentes pueden no ser sabias. La esperanza para los que necesitan sabiduría está en Santiago 1: 5: «Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará; pues Dios da a todos sin limitación y sin hacer reproche alguno».
Salomón acababa de asumir el trono de Israel. El miedo ante esa gran responsabilidad atormentaba su corazón y su mente. Después de un servicio en el santuario, se quedó dormido, probablemente después de dar vueltas en la cama durante varios minutos. Entonces, Dios se le apareció en sueños y le preguntó qué deseaba. ¿CUÁL SERÍA HOY TU RESPUESTA A ESTA PREGUNTA?
Salomón no pidió gloria ni honor, sino sabiduría para guiar al pueblo. Dios se alegró tanto por la respuesta que Salomón le dio, que lo convirtió en el hombre más sabio e inteligente del mundo, e incluso le concedió todas las demás bendiciones. ¿Te gustaría ser sabio? Sigue el ejemplo de Salomón: busca a Dios de todo corazón, pídele, y él te responderá.