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INTELIGENCIA Y RACIONALIDAD NO SON LO MISMO. EL PSICÓLOGO Keith Stanovich presentó evidencias científicas de ello. Utilizó el término disrationalia, que sería la falta de capacidad para pensar racionalmente, aun teniendo una inteligencia adecuada.
Keith presenta dos razones por las que, a veces, mostramos falta de racionalidad. La primera es la tendencia a buscar «el camino más fácil» para resolver un problema, lo que puede llevarnos a la solución equivocada. La otra razón es la falta de un conocimiento específico, como la lógica o la probabilidad, necesario para pensar racionalmente sobre un problema.
Podríamos añadir una tercera razón: no seguir al Señor con todo nuestro ser. Al fin y al cabo, «la sabiduría comienza por honrar al Señor; conocer al Santísimo es tener inteligencia» (Proverbios 9:10).
Como vimos ayer, Dios respondió a la petición de Salomón de una manera maravillosa, y lo convirtió en el hombre más sabio e inteligente del mundo. Sin embargo, después de algún tiempo, Salomón dejó de seguir al Señor de todo su corazón. Para no desagradar a sus esposas, eligió «el camino más fácil» , permitiendo el culto a otros dioses; además de acumular muchas riquezas, costumbre de los reyes de la época, la cual era reprobada por Dios. Poco a poco, Salomón se fue alejando del Señor, y lejos de Dios no hay inteligencia, sabiduría, ni verdadera racionalidad.
La historia de Salomón es una advertencia para nosotros. Por muy sabios o inteligentes que seamos hoy, si nos apartamos de los caminos de Dios, corremos el riesgo de fracasar, al igual que Salomón.
DESCONFÍA DE TU INTELIGENCIA Y CONFÍA 100% EN DIOS.