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¿Fuera De Control?

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«Deja el enojo, abandona el furor; no te enojes, porque eso empeora las cosas» (Salmo 37:8).

¡VAMOS A SIMULAR UNA LÁMPARA DE lava!

Necesitarás un frasco de vidrio transparente con tapa, aceite vegetal, agua, colorante alimentario y un antiácido efervescente. Coloca dos medidas de aceite y una de agua en el frasco. Asegúrate de dejar dos dedos de distancia desde la tapa del frasco. A continuación, deja reposar la mezcla y, cuando haya separación entre el aceite y el agua, añade las gotas de colorante. Espera a que se mezclen con el agua y solo entonces añade el antiácido.

¿Qué ocurrirá? Una serie de burbujas comenzarán a subir y bajar, exactamente como en una lámpara de lava. Esto se debe a que el efervescente se disuelve en el agua, que a la vez no se mezcla con el aceite, creando el efecto observado.

Todos nosotros somos como el frasco de este experimento. La combinación de algunos ingredientes puede llevarnos a perder el control de nuestras emociones. Pero una cosa es cierta: el resultado de esa mezcla de ingredientes nunca es saludable.

Las investigaciones demuestran que los ataques frecuentes de ira pueden causar problemas gastrointestinales, migrañas, palpitaciones cardíacas y dolores musculares. Con el tiempo, estos síntomas pueden desencadenar enfermedades crónicas, e incluso problemas psicológicos.

Además de todos estos efectos, CUANDO DEJAS QUE LA IRA CONTROLE TUS ACCIONES Y REACCIONES, LAS PERSONAS QUE TE RODEAN PUEDEN RESULTAR HERIDAS.

Por más que tengas toda la razón, eso no significa que tengas derecho a ser grosero y brusco en tu trato con los demás.

Trata a las personas como te gustaría que te trataran a ti (Lucas 6: 31). Pídele a Dios sabiduría para ejercer el dominio propio y manifestar los demás frutos del Espíritu en tu vida.

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