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EN ESTE MUNDO, QUIENES DESEAN ESTAR al lado de Dios también sufrirán, pero al igual que en el experimento de hoy, las presiones pueden ser aprovechadas para mantenernos equilibrados y perseverantes.
Consigue un vaso, un poco de agua y un trozo de papel y hagamos un experimento. Recorta la hoja de papel en forma de cuadrado (un poco más grande que el diámetro de la boca del vaso). A continuación, colócalo sobre el vaso de agua y voltea el vaso con cuidado, sujetando el papel. Verás que el papel se pega al cristal como un imán y el agua no se sale. Esto se debe a que, a pesar de la presión del agua, la hoja de papel también está sometida a la presión del aire que impide que se caiga.
Mira el ejemplo de Job, que lo perdió todo, inclusive su propia salud. ¿Y el caso de José? Vendido por sus hermanos, encarcelado injustamente, lejos de todo lo que le era familiar. Aunque difíciles, esas tribulaciones les permitieron desarrollar PERSEVERANCIA Y ESPERANZA.
Estar bajo presión forma parte de la vida. Y esto no solo les ocurre a los cristianos. Muchas personas experimentan presiones en este mundo. Sin embargo, a diferencia de los incrédulos, nosotros tenemos la esperanza y el consuelo de nuestra parte; tenemos la certeza de que el mal llegará a su fin, de que un día toda lágrima será enjugada y todo dolor cesará. Esta es la fe que nos hace avanzar y no nos deja rendirnos.
¡Sal a tus actividades del día con la seguridad de que en Dios podemos tener paz y equilibrio, incluso en medio de las incertidumbres y presiones de esta vida!
¡CON DIOS TENEMOS PAZ!