|
EL DR. SZABO, PROFESOR DE PSICOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE Kiel (Alemania), lideró un estudio que duró 10 años y descubrió que los hombres que le daban un beso cariñoso a su esposa antes de irse a trabajar vivían una media de 5 años más y cobraban sueldos entre un 20 y un 35% más altos que sus colegas que se iban sin dar ese beso.
¡Qué buen ejemplo!, ¿no?
Además, también se informó que el hecho de no besar a la esposa antes de salir aumentaba en un 50% la probabilidad de sufrir un accidente de tráfico. Es obvio que el beso en sí no es el responsable de todo eso, sino la actitud positiva y la SENSACIÓN DE ARMONÍA que el acto generalmente revela. ¿Cuál es tu actitud antes de salir de casa? Si fuera la última vez que vieras a las personas con las que convives a diario, ¿cómo te gustaría despedirte? Sin duda, un beso o un abrazo tierno, durante una despedida, sería nuestra actitud elegida hacia quienes amamos. Sin embargo, las prisas y las distracciones cotidianas a veces desvían nuestra atención de esta práctica tan importante.
Muchas personas, además, cultivan en secreto cierta vergüenza de mostrar afecto. Abrazar y besar a quienes amamos no son solo actitudes saludables, que aumentan la esperanza de vida y las probabilidades de éxito; son también actitudes recomendadas por Dios mismo.
Como en la parábola del hijo pródigo, Dios anhela abrazarnos y besarnos, estrecharnos en sus brazos amorosos por toda la eternidad. Debemos hacer lo mismo con nuestros seres queridos. Por lo tanto, no salgas de casa sin demostrar afecto. ¡Pídele a Dios que te ayude a estar siempre atento a lo que realmente importa!