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Populares

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«Jesús seguía creciendo en sabiduría y estatura, y gozaba del favor de Dios y de los hombres» (Lucas 2:52).

¿QUIÉNES SON LOS ALUMNOS MÁS populares de tu clase/escuela? A menudo, la sensación de ser popular acaba confundiéndose con la idea de ser verdaderamente querido. Algunas personas se acercan a quienes son populares solamente por el estatus que eso representa y no por tener un sentimiento real de cariño y amistad hacia la persona. Este es el comportamiento de la mayoría de la gente. Las amistades profundas y verdaderas suelen surgir no porque la otra persona tenga algo que ofrecernos, sino por tener afinidades y sueños en común.

Una investigación publicada en 2017 reveló que los adolescentes que fueron populares en su época escolar desarrollaron mayores niveles de ansiedad social cuando llegaron a la edad adulta. El estudio acompañó a 169 adolescentes hasta la edad adulta. Los resultados también señalan que los adolescentes que daban prioridad a las amistades íntimas y que no eran populares tenían un aumento del sentido de autoestima, menor ansiedad social y menos síntomas de depresión hasta los veinticinco años.

¿Acaso eres o tienes el deseo de ser popular? ¿Has pensado en la verdadera razón de este deseo? Generalmente, la popularidad no está ligada a la práctica de los principios bíblicos, sino a la apariencia y al poder adquisitivo. Precisamente por eso hay consecuencias negativas en el futuro, ya que Dios nos orienta claramente a no apegarnos a ninguno de estos aspectos.

Al mismo tiempo que crecía ante Dios, Jesús también crecía ante los hombres. Esta es la fama que debemos buscar: ser conocidos por seguir la Palabra y hablar de ella con propiedad. Cualquier otra razón por la que deseemos ser populares es vanidad y no nos traerá felicidad plena.

Procura que tus palabras y acciones sean coherentes con la creencia de que, por encima de todo y de todos, ¡CRISTO DEBE SER SEGUIDO Y EXALTADO!

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