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EN 2018, CIENTÍFICOS DE LA UNIVERSIDAD DE YALE anunciaron que habían resucitado los cerebros de más de 100 cerdos sacrificados. Los órganos se mantuvieron vivos durante 36 horas mediante un sistema de bombas, calentadores y bolsas de sangre artificial. Los investigadores recalcaron que, aunque el proceso también podría funcionar en primates, los cerebros de los cerdos no recuperaron la consciencia y aún no hay forma de lograr esta hazaña.
La Biblia relata varios casos de resurrección. En todos ellos había un propósito divino, y no se trataba solo de órganos en funcionamiento, sino de una consciencia plena, concedida solo por Dios. En la Pascua, recordamos la mayor resurrección de todas. En hebreo, la palabra «Pascua» significa «paso», lo cual nos recuerda que el ángel de la muerte pasó por las casas y preservó la vida de los primogénitos de los israelitas. Para nosotros, la Pascua sigue significando paso:
De la esclavitud del pecado... A LA LIBERTAD EN CRISTO.
De la muerte... A LA VIDA.
De una vida sin solución... A UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD DADA EN LA CRUZ.
En esta fiesta espiritual, no celebramos un mito o una historia inventada; celebramos el acontecimiento que da razón a nuestra fe, el milagro que fundamenta nuestra mayor alegría y esperanza: ¡la tumba vacía! Un día, todos podremos celebrar junto a nuestro Salvador la victoria final. ¿Te gustaría formar parte de ese momento? Haz de la tumba vacía tu mayor esperanza.
LA RESURRECCIÓN DE CRISTO ES LA CERTEZA DE LA VICTORIA EN EL GRAN CONFLICTO.