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DESDE LA PRIMERA VEZ QUE VI A MAYARA, CAUTIVÓ MI ATENCIÓN, no solo por su belleza, ¡sino porque era tan fácil conversar con ella! Rápidamente, nos hicimos amigos y disfrutaba estar cerca de ella. Un día, al volver de un viaje que hicimos con el coro, por fin me animé a decirle que quería que fuéramos algo más que amigos.
¿La respuesta? Voy a pensarlo...
Solo una palabra traduce lo que sentí en ese momento: ansiedad. Al día siguiente, me envió un correo electrónico con una propuesta inspirada por Dios:
¿Qué te parece si leemos un capítulo de Proverbios al día y oramos para saber si realmente deberíamos empezar una relación de noviazgo?
Feliz de no haber recibido un «no» por respuesta, acepté la propuesta. Pasamos los días siguientes estudiando Proverbios, orando y conversando sobre nuestro pasado, nuestros miedos y nuestros sueños para el futuro. ¡No pudimos haber hecho nada mejor!
Al cabo de 31 días, estábamos seguros de que nuestro noviazgo también era la voluntad de Dios. Y funcionó tan bien que el 20 de abril de 2014, hará mañana diez años, nos casamos. ¡Ella es la bendición más grande que Dios me ha dado!
¿Qué sueles hacer cuando quieres algo muy especial?
() Decido con rapidez. () Pido la ayuda de Dios.
El versículo de hoy muestra que no solo debemos pedir lo que queremos o necesitamos. Debemos INSISTIR, ESPERAR Y CONFIAR en que Dios siempre sabe lo que es mejor para nuestras vidas.
¡Haz una prueba! Elige hoy un motivo especial de oración y ora por él durante 31 días, leyendo un capítulo de Proverbios (u otros pasajes de la Biblia) por día. Verás lo mucho que Dios puede hacer en tu vida.