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«Un mismo Dios nos formó en el vientre, y tanto a ellos como a mí nos dio la vida» (Job 31: 15).

EN 2017, LOS MÉDICOS DE UN HOSPITAL INFANTIL DE FILADELFIA (Estados Unidos) diseñaron un útero artificial que se probó en la gestación de un cordero. La idea se fue perfeccionando y en 2019, investigadores, ahora de la Universidad de Tohoku (Japón), desarrollaron un nuevo dispositivo capaz de mantener con vida fetos prematuros de ovejas, lo que equivaldría a un feto humano en el quinto mes de gestación.

Se necesitan años de investigación y dedicación para desarrollar algo que es solo un prototipo de un órgano extremadamente complejo que los seres vivos tienen de forma natural en su interior. Además de la gran complejidad de nuestro cuerpo y la maravilla de comprender que un Creador lo diseñó por completo, el versículo de hoy nos lleva a otro análisis.

Al afirmar «tanto a ellos como a mí nos dio la vida» , Job se refería a sus siervos, demostrando una verdad que muchos se niegan a aceptar: DIOS NOS CREÓ A TODOS. Nuestro origen fue el mismo. Aunque la vida nos lleve por caminos diferentes y algunos estemos más lejos o más cerca de los caminos de Dios, él nos ama y quiere que su plan se cumpla en la vida de todos nosotros.

Prueba de ello es que un médico, un publicano y un pobre pescador fueron usados en la misma obra de cambiar al mundo mediante la escritura de libros inspirados por Dios. Por eso, nunca menosprecies a nadie; muestra siempre respeto hacia los demás y hacia ti mismo. Ten presente que todos tuvimos el mismo origen y anhelamos el mismo fin: estar un día al lado de nuestro Dios de amor.

Escribe una frase que revele lo que has entendido del texto de hoy.

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