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CONVERSAR POR MENSAJES ON-LINE FORMA PARTE DEL DÍA A día de millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, el intercambio de textos o imágenes no siempre tiene un contenido apropiado. Divulgar información personal o fotos en las que se exponen partes íntimas es algo grave y peligroso. Esta práctica tiene serias consecuencias. Desde el momento en que se envía un texto, una foto o una imagen a alguien, se pierde el control sobre la divulgación de estos mensajes, y no es posible recuperarlo. Por lo tanto, el contenido divulgado puede traer consigo humillaciones, ciberacoso u hostigamiento.
NUESTRO CUERPO ES ESPECIAL, IMPORTANTE E ÍNTIMO. Somos el templo del Espíritu Santo de Dios y no debemos exponernos de forma inapropiada, ya sea virtual o real. Nuestra intimidad solo debe compartirse en el momento adecuado, con la persona adecuada, con madurez y en el contexto del matrimonio.
Lamentablemente, muchos adolescentes continúan participando en estas prácticas que pueden causarles profundos traumas por el resto de sus vidas. ¡NO CAIGAS EN ESE ENGAÑO!
Sigue el consejo bíblico y no compartas nada inmoral o indecente, de forma real o virtual. Hay una carga emocional y psicológica en compartir intimidad. Dios quiere que seas verdaderamente feliz. Por eso...
NO HAGAS NADA DE LO QUE PUEDAS ARREPENTIRTE DESPUÉS.