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¿HAS PENSADO EN EXPERIMENTAR LAS RICAS BENDICIONES DE formar parte de un proyecto misionero? He aquí algunas ideas: repartir libros, abrazos y oraciones; estudiar la Biblia con un amigo o con un familiar; y muchas otras cosas semejantes. Puedes elegir la actividad que desees realizar, orar a Dios y pedirle que él te guíe en la dirección correcta.
Hay quienes piensan que no son responsables por la evangelización de las demás personas. Creen que, como son aún muy jóvenes, los pastores y los adultos tienen más capacidad para llevar adelante esta tarea. Pero la verdad es que Dios tiene un papel para todos nosotros en la misión de llevar su amor a los demás. No nos corresponde a nosotros decidir quién es útil o cómo. NOS CORRESPONDE ESTAR DISPUESTOS A RESPONDER CON VALENTÍA: «Aquí estoy yo, envíame a mí» (Isaías 6: 8). Esta respuesta se espera de los más jóvenes, pues, como escribió Juan, ellos tienen fuerza para librar la batalla espiritual y vencer al maligno.
Pero ¿cómo podemos usar esa fuerza si seguimos huyendo de la batalla? Vivimos el conflicto entre el bien y el mal, una guerra por el corazón de los que aún no conocen plenamente la verdad. ¡ES HORA DE INVOLUCRARSE, DE ACEPTAR LA MISIÓN, de hablar con entusiasmo y convicción sobre el regreso de Jesús! ¡Ojalá tengas hoy un encuentro con Cristo, recibas de él instrucciones para tu misión y sigas dispuesto a cumplir tu propósito en la tierra!
MISIÓN CUMPLIDA