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Fuga Equivocada

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«Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio» (2 Timoteo 1:7, RV95).

¿HAS OÍDO HABLAR ALGUNA VEZ DE LA AUTOMUTILACIÓN? ES LA lamentable práctica de dañarse el propio cuerpo. ¡Cuidado con las bromas e incluso con algunas páginas web que incitan a ello! En los últimos años, casi la mitad de los adolescentes de Estados Unidos han practicado alguna forma de autolesión, que incluye: cortarse, quemarse, golpear objetos para provocarse dolor, romperse huesos o interferir en la cicatrización de las heridas. ¡Todo esto es muy grave, terrible y peligroso! La automutilación suele practicarse cuando alguien está muy angustiado o deprimido. Sin embargo, si se inicia, puede convertirse en una adicción.

Por eso es importante rechazar cualquier estímulo a esta práctica y buscar ayuda antes de que se convierta en un hábito.

La rabia, la vergüenza, la ansiedad, la tristeza y la decepción son sentimientos comunes en esta tierra. Cuando sientas algo así, es importante recordar siempre que Dios puede ayudarnos a lidiar con nuestras frustraciones y darnos la fuerza para rechazar cualquier cosa que pueda perjudicarnos. ¿Tienes un problema grave? ¿Conoces a alguien que necesita ayuda? Busca el apoyo de profesionales y de personas de tu confianza.

No olvides que Dios está siempre dispuesto a ayudarte. ¡Ve al pie de la cruz! Allí, las gotas de la sangre de Cristo revelan el precio pagado por las tuyas. No te olvides de este sacrificio. ¡Pídele a Dios poder, amor y equilibrio para superar todos los dolores de esta vida!

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