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HOY DEMOSTRAREMOS QUE ES POSIBLE unir dos hilos de agua. ¿Quieres verlo? Necesitarás una botella de plástico de 2 litros, agua y un compás. Primero llena la botella de agua y tápala bien. A continuación, con la punta del compás, haz dos agujeros laterales a 2 milímetros de distancia entre cada uno en la mitad inferior de la botella. A continuación, abre la botella y verás que comienza a salir agua por ambos agujeros. Con los dedos índice y pulgar en forma de pinzas, une los dos hilos de agua que salen como si los estuvieras enroscando para amarrarlos. Notarás que formarán un solo chorro, como si estuvieran entrelazados. Para separarlos, basta con pasar el dedo por los agujeros, deshaciendo la «trenza» .
A pesar de que este experimento funciona, está claro que para nosotros hacer trenzas con el agua es, de hecho, algo imposible. Pero al leer la Palabra de Dios, nos encontramos con increíbles acciones milagrosas que desafían completamente la razón.
Detener la rotación de la Tierra.
Abrir el mar Rojo.
Dar vista a los ciegos.
Alimentar a una multitud con la merienda de un niño.
Hacer que los paralíticos caminen.
Resucitar a los muertos.
¿Crees que Dios ha cambiado? ¿Qué él hizo milagros solamente para un pueblo en el pasado? ¿Cuáles son los imposibles que tú necesitas hoy? Piensa en las grandes obras que Dios ha realizado, tanto en las que fueron relatadas en la Biblia como en las que tú has vivido en tu propia historia. Cree que el Señor no cambia, y con el corazón lleno de confianza repite: lo que es imposible para el ser humano es posible para Dios.