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UN ESTUDIO (realizado por investigadores del MIT) EVALUÓ LOS LAZOS DE AMISTAD DE 84 JÓVENES. Los científicos les pidieron que calificaran su grado de proximidad con cada persona de su clase en una escala de 0 a 5, en la que o significaba «no lo conozco» y 5 «es uno de mis mejores amigos». Los resultados mostraron que, aunque el 94% de los jóvenes imaginaba que sus sentimientos eran recíprocos, solo en el 53% de ellos esto realmente era así. Los investigadores afirman que los resultados son coherentes con otros estudios en los que han participado miles de personas y que han hallado índices de reciprocidad de entre el 34% y el 53%.
Sin duda, una de las razones por las que esto ocurre es precisamente porque algunas personas fingen tener buenos sentimientos hacia otros. Es triste cuando nos damos cuenta de que alguien a quien queríamos no es sincero con nosotros. Pero ¿y tú? ¿Has sido alguna vez falso con alguien? ¡La Biblia nos advierte que la falsedad es destructiva!
El primer relato sobre falsedad es también el relato del primer pecado. Satanás fingió ser quien no era, contó hechos que no eran ciertos y finalmente hizo acusaciones contra Dios. Este es el camino que recorre quien elige la falsedad. Empieza disimulando, sigue inventando mentiras y, cuando menos lo percibe, ha ido demasiado lejos y está perdido.
Esto no es una invitación a decir todo lo que se te ocurra, sino a buscar una postura honesta. No finjas un sentimiento que no existe. SÉ SINCERO Y NO SIGAS EL CAMINO DEL MAL.
¿Tienes muchos amigos? Escribe los nombres de algunos de ellos.
PIENSA: ¿ERES SINCERO CON TUS AMIGOS? ¿Y CON DIOS?