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¿SABES CUÁL ES LA SUSTANCIA MÁS AMARGA DEL MUNDO? No, no es el jiló. Según el libro Guinness de los récords, la sustancia más amarga del mundo es el benzoato de denatonio. Es tan amarga que, si se vierten tan solo 10 ml en una piscina olímpica, será posible notar el sabor amargo en el agua. El compuesto se descubrió por accidente cuando unos científicos investigaban un nuevo anestésico. Aunque no funciona como anestésico, la sustancia se utiliza para que los productos tóxicos sepan mal, evitando así que los niños beban el producto por accidente.
La historia del pueblo de Dios en la tierra ha tenido momentos amargos. Cuando Jesús fue crucificado, ¡los discípulos se sintieron tan desilusionados! Después de todo, esperaban que él los librara del gobierno romano. Malinterpretaron su misión.
El versículo de hoy es una profecía de otra gran desilusión que sufriría el pueblo de Dios. En el siglo XIX, cristianos de varias denominaciones, inspirados por la predicación de Guillermo Miller, comenzaron a estudiar la profecía de las 2,300 tardes y mañanas de Daniel 8: 14, y llegaron a la dulce conclusión de que Jesús regresaría el 22 de octubre de 1844. Sin embargo, al igual que los discípulos, los milleritas se equivocaron respecto a la misión de Cristo en aquel momento.
Tanto con los discípulos, como durante el movimiento de 1844, Cristo guio a su pueblo y convirtió el sabor amargo de la desilusión en un gran movimiento misionero. No importa cuán amarga sea la experiencia por la que estés pasando hoy, Cristo está al control y solo él es capaz de transformar cualquier amargura de tu vida en una dulce esperanza.