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No Es Lo Que Parece

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"Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos el bien a todos, en especial a los de la familia de la fe". Gálatas 6: 10, NVI

¿Te imaginas lo emocionante que debió ser para Adán encontrarse en medio de todos los asombrosos animales que Dios acababa de crear? ¡Luego Dios le pidió que les pusiera nombre a cada uno de ellos! A mí me cuesta encontrar un nombre para una nueva mascota, así que me alegro de que no me haya dado esa responsabilidad.

Los científicos se han esforzado por denominar y organizar a todos los seres vivos. Es algo así como organizar a tu familia en grupos: abuelos, padres, primos y así sucesivamente. Piensa en tu familia. ¿Cómo se llaman tus abuelos? ¿Cómo se llaman tus tíos? ¿Quiénes son tus primos? Quizá tu mamá o tu papá pueden ayudarte a hacer un gráfico de tu familia, empezando por su mamá y su papá.

Los científicos agrupan a los animales en reinos. Cada reino se divide en grupos más pequeños: filo, clase, orden, familia, género y especie.

A veces, después de clasificar un tipo de animal en un grupo, los científicos cambian de opinión y lo clasifican en otro. Esto ocurrió con el grupo de insectos conocidos como insectos palo. Como eran tan inusuales, se les asignó un orden propio: fásmidos, que significa «fantasmas». Cuando veas un insecto palo por primera vez, lo entenderás. Cuando encuentras un insecto palo o un insecto hoja, ¡no estás seguro de lo que ves! Pues parece un palo o una hoja.

El insecto palo norteño tiene el cuerpo largo y delgado, patas y antenas largas y no tiene alas. La naturaleza ha estirado a este personaje en todas direcciones, lo que hace que su parecido con un palo sea más convincente. Y, además, puede cambiar de color.

A pesar de lo asombrosos que son estos insectos, me alegro de no pertenecer a la familia de los fásmidos o insectos camuflados. Prefiero ser un ser humano. Pero, sobre todo, estoy agradecida de ser una de las hijas de Dios y de formar parte de su reino.

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