"Pero conozcan mejor a nuestro Señor y Salvador Jesucristo y crezcan en su amor". 2 Pedro 3: 18
¿Sabes qué es un anfibio? ¿Cuántos anfibios conoces? Lee con atención las siguientes características y descubre de qué anfibio se trata.
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Nací de un huevo, que normalmente es puesto en un arroyo o estanque.
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Cuando salgo del huevo no me parezco en nada a lo que seré de adulto. Es más, me parezco a un pececito.
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A medida que crezco, voy cambiando en un proceso llamado metamorfosis. Mi cola se hace más pequeña, me crecen las patas y los pulmones sustituyen a las branquias para que pueda respirar fuera del agua. Pronto me parezco a una versión más pequeña de mi mamá y mi papá.
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Me puedes encontrar en cualquier parte del mundo y puedo vivir en casi cualquier lugar: desde calurosas selvas tropicales hasta frías ciénagas. Algunos animales de mi especie pueden vivir incluso en lugares muy cálidos y secos.
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Hago ruido moviendo las cuerdas vocales y tengo un saco de aire en el cuello que puedo inflar para que el sonido sea aún más fuerte.
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Suelo saltar y sé nadar muy bien.
Respuesta: ¡Soy una rana! Cuando salgo del huevo, me parezco a un pececito y sufro muchos cambios antes de convertirme en una rana adulta.
Tú también pasarás por muchos cambios cuando crezcas, pero Jesús siempre estará contigo, cuando seas adolescente y también cuando seas adulto. No importa la edad que tengas, siempre necesitas a Jesús.
Vicki.