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¿Estás preparado para adivinar de qué árbol se trata? Presta atención a las siguientes pistas y quizá lo adivines antes de que termines de leerlas todas. ¡Ánimo!
Respuesta: Soy una secuoya. Es difícil imaginar lo grande que soy si no me has visto, pero soy enorme. Usa tu imaginación y piensa en el árbol más grande que puedas imaginar, ese soy yo. Puede que aun así no te imagines lo grande que puedo llegar a ser.
Lo mismo ocurre con Jesús. Es difícil para nosotros imaginar lo grande y bueno que es, pero la Biblia nos dice que es más grande y mejor de lo que podemos imaginar. Tal vez hayas visto secuoyas en la televisión o en un libro, pero nunca has estado delante de una ni has comprobado lo grandes que son en persona.
De igual manera, un día podremos ir al cielo y estar con Jesús. Entonces podremos ver en persona lo «grande» y bueno que él es. ¿No te parece estupendo?
Vicki.