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JAIRO, UN PAPÁ AFLIGIDO, vino a Jesús para solicitarle fuera a su casa, pues su pequeña hija estaba muy enferma. Jesús, quien se encontraba con muchas personas alrededor, se dirigió a su casa, pero no podía avanzar rápido por la multitud a su alrededor. De repente, alguien le avisó a Jairo que su hija había muerto, que ya no molestara a Jesús. Sin embargo, Jesús con amor se le acercó y le dijo: No temas, cree solamente.
Jesús llegó a la casa de Jairo y entró a la habitación donde se encontraba la niña. Tomando su mano le dijo: Niña, a ti te digo, levántate. Al instante la niña abrió sus ojitos y se levantó. Cuando las personas que estaban en la casa, vieron a la niña caminar, ¡se sorprendieron!, pues Jesús la había resucitado.
Actividad: Con ayuda de tu familia dramatiza la historia de hoy.
Oración: Querido Padre, gracias porque eres un Dios de milagros sorprendentes.