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Me atrevo a pensar que no era la primera vez que andaba cerca de aquel peligroso lugar. Su enemigo la había observado y sabía como hacerla caer. Finalmente, la trampa estaba lista y ella pasó demasiado cerca. Mirándolo con curiosidad y admiración, se preguntaba por qué Dios les había prohibido comer el fruto de aquel árbol. Conocía la voz de Dios, pero esta voz que pronunciaba su nombre era distinta y cuál canto de las sirenas le atrajo cada vez más la atención. -Sí, dime; -puedo oírla contestando tímida mientras busca entre las ramas de dónde proviene la voz. En un movimiento, la serpiente está frente a ella y ha iniciado un peligroso diálogo. ¿Cómo podía ser posible?
Estando consciente del peligro, estaba frente a dos opciones: «Huir de aquel lugar o seguir hablando con la serpiente». En un principio trató de defender a Dios con sus pobres argumentos, pero no sabía que Dios no necesita que seamos sus abogados; él solo pide que le obedezcamos por amor. Nuestras decisiones siempre tendrán un impacto en las personas que nos rodean. Muchos piensan: «Yo soy así y a nadie le afecta». Pero sí afecta. Lo positivo o negativo de la acción tiene un impacto en nuestros familiares, amigos, vecinos y compañeros de escuela o trabajo.
Cierto día mi esposo llegó del trabajo y estacionó el auto frente a la casa. Repentinamente, un mango cayó sobre el parabrisas. Al ver el lugar del impacto noté, que del centro a unos cincuenta centímetros de donde el mango había chocado, el cristal estaba cuarteado en diferentes direcciones. Al pasar los días, las grietas se expandieron más.
A casi seis mil años de aquella decisión de Eva, la tierra sigue agrandando las grietas de maldad, de odio, de valores degradados y de leyes divinas violentadas. Las decisiones que tomes hoy esparcirán vida o muerte. Ishshá, quien después del pecado recibiera como nombre Eva, vio tangible y espantosamente los resultados de su decisión. «Cuando vieron en la caída de las flores y las hojas, los primeros signos de la decadencia, Adán y su compañera se apenaron más profundamente de lo que hoy se apenan los hombres que lloran a sus muertos»1
Querida amiga, pidamos a Dios sabiduría para que nuestras decisiones tengan resultados para vida.
#pdfelizconbuenasdecisiones