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Tienes una luz

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«Dijo entonces Dios: "¡Quiero que haya luz!". ¡Y al instante hubo luz!». Génesis 1:3

 

 

Hoy vamos a observar todos los objetos de esta habitación. Pero primero apagaremos la luz (permita que sea el niño quien apague la luz). ¿Qué pasó? ¿Podemos ahora distinguir formas y colores? ¡No se ve bien! Todo está muy oscuro.

¿Necesitamos la luz para ver bien? Yo también lo creo, así que vamos a encender alguna luz (permita que encienda la luz del teléfono, o de una linterna, o de la habitación).

¡Muy bien! Ahora sí podemos ver los colores y los tamaños de las cosas, y podemos caminar sin tropezar. ¡Qué importante es la luz! Por eso Jesús, desde el primer día de la Creación, dijo con voz muy fuerte: «¡Quiero que haya luz!». Y la oscuridad se fue, como pasó en esta habitación cuando encendiste la luz.

Por las mañanas sale el sol, y sabes que llegó el día y terminó la noche. El sol no necesita que lo enciendan o lo apaguen, porque tiene su propia luz. ¿Has visto lo brillante y hermosa que es la luna por las noches? ¡Es hermosa! Pero la luna no tiene luz. La luna toma prestada un poco de la luz del sol, y se ilumina como si fuera una bombilla. Cuanto más cerca está del sol, más brilla la luna.

Así también eres tú. Tienes una luz que Jesús pone en ti. Cuando estás cerca de Jesús, él hace que hagas cosas buenas por los demás. ¡Y así brillas! Ahora vamos a memorizar Génesis 1: 3 con mímicas.

Eres Especial

Palabra clave Luz. Es como una tela de calor que permite que se puedan ver los objetos sobre los se posa.

Materiales: Luz del teléfono o linterna. Encenderla en una habitación a oscuras.

Oración: Querido Jesús, gracias por crear la luz.

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